viernes, 10 de julio de 2009

UN CIELO QUE NO PASARA JAMAS



Ayer por la mañana, muy temprano el sol resplandecía y me encontraba en un campo muy hermoso, árboles frondosos, sus hojas verdes de un color intenso y vivo, unos se adornaban con flores y otros con frutos. Las aves revoloteaban y mariposas de colores parecían pequeños querubines. ¡Que hermoso aquel lugar! Se respiraba paz, tranquilidad. A muy lejana distancia, un pequeño riachuelo parecía cantar y hablar. El campo era amplío y verde ,y maravilloso. Cerré mis ojos, diciendo gracias a Dios por este maravilloso regalo.

Fue un instante, pero luego un sonido muy fuerte como estruendo, un trueno, me hizo súbitamente abrir los ojos. El cielo se había nublado, aquel azul claro, aquel luminoso día se había vuelto sombrío, oscuro y espantoso, torbellino de viento cargados de piedras, grandes y gigantescas como demonios enfurecidos, rugían de tal manera que mis huesos se estremecían. Vi como eran aquellos árboles hermosos, arrancados de raíz, el riachuelo se secaba y la tierra antes verde era como una herida abierta, como una piel seca, las aves desaparecían también las mariposas.

En un abrir y cerrar, aquellos vientos de maldad - porque no había otra explicación- lo habían destruido todo. Volví mis ojos a cerrar y le pedí y a la vez le pregunte a Dios: “Por favor, para esta maldición ¿Por que tanta destrucción?”

Volví a abrir los ojos y todo aquello hermoso había desaparecido. Era como el amor a su amada en un momento , pero luego como una infidelidad destructiva.

Nada había, Nada existía Mi corazón se sintió como si todo el peso del cielo lo apretara contra una tierra dura e indiferente, ausente de amor.

¡Dios! – dije. Buscando consuelo. Y mis ojos asombrados, pasmados miraban aquello como una escena de guerra, todo se ha perdido, todo ha terminado.

Caí al piso de rodillas sin fuerza alguna y volví a cerrar mis ojos. Y escuche una voz, y aquella voz me dijo:
- El día no ha terminado, y vendrán muchas mas, lo que viviste ha sucedido en la vida de muchas personas, pero si tienes fe, yo te daré una vida nueva, un corazón nuevo, un cielo que no pasara jamás.

Abrí mis ojos entonces, y frente a mí de manera sorprendente un pequeño brote de semilla, aquel árbol había germinado. Entonces, comprendí, que aquel campo volvía a renacer. Y yo creí en la primavera que escondía, una tierra nueva, un cielo que no pasara jamás.

Y luego el tiempo pasó y no fue fácil pero aquel corazón volvió a latir, regresaron las aves, regresaron las mariposas y así comenzó un mundo mas hermoso que el primero. El pequeño riachuelo siempre contento y a mi me parecía escuchar unas palabras: “ El Amor verdadero jamás morirá “.
..
Pintura y Escrito:
Oscar Basurto Carbonell
En los Blogs.

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